Cuando hablamos de costos nos referimos a la suma de todos los gastos imputables directa o indirectamente a un proyecto determinado. La administración total de costos en la industria de la construcción es una labor habitual para las empresas con mayor experiencia, gracias al manejo de modelos matemáticos y a las relaciones comerciales establecidas con proveedores selectos a través del tiempo. Sin embargo, gran parte de lo que se requiere para construir está ligado a las variables del mercado internacional. Con base en el comportamiento de la oferta y la demanda, los ciclos de inversión pública, así como las fluctuaciones cambiarias, todo es cuestión de prever un valor realista de los insumos y servicios, y al mismo tiempo vigilar la vigencia de los convenios, contratos y tratados. Para lograr este nivel de eficacia se requiere un equipo multidisciplinario de profesionistas en arquitectura, ingeniería civil, ingeniería económica, despacho aduanal, finanzas, contabilidad, control de proyectos y optimización. Tampoco hay que perder de vista que la construcción se moderniza todos los días, de manera que, la investigación y el uso de nuevas tecnologías deben ser prácticas comunes en este negocio, ya que dichos avances con frecuencia conllevan ahorros significativos.
Para algunas empresas, el uso de materiales de bajo costo puede parecer una buena oportunidad para lograr algunos ahorros, y no me refiero a operaciones fraudulentas en las que alguien resulta engañado, sino a situaciones de común acuerdo donde la reducción de costos beneficia al cliente final. En éste y en todos los casos, los bienes raíces deben estar concebidos para perdurar con un nivel de mantenimiento razonable, así que cualquier beneficio inmediato ligado a este tipo de ahorros, debe ser analizado en forma integral, para tomar una decisión que también resulte inteligente en el largo plazo.
Una constructora debe tomar en cuenta las condiciones y exigencias de sus clientes y debe ser capaz de identificar todos los factores que impactan un presupuesto de inversión desde sus primeras fases, ya que los cambios inesperados pueden poner en riesgo el alcance, y en algunos casos, la conclusión de los proyectos. Nunca deben subestimarse ciertos rubros que podrían parecer secundarios, como el pago de derechos, los gastos financieros, administrativos y márgenes de comercialización. La experiencia y madurez nos permiten hacer conjeturas, supuestos y estimados con un alto grado de exactitud, y posteriormente tomar las medidas necesarias para que se cumplan, y eso sólo es posible a través de un control estricto durante la obra. La administración de suministros de acuerdo a un plan de adquisiciones bien estructurado es la única forma de garantizar que los recursos serán canalizados adecuadamente.
Con la administración total de costos no sólo se trata de minimizar la inversión económica, sino de protegerla, y es por eso que un proyecto de construcción debe dejarse siempre en manos de expertos.
